Los sonidos secretos de Stonehenge: La arqueología acústica
En las últimas décadas, los arqueólogos
han avanzado de forma notable en el estudio de las ruinas del complejo
megalítico de Stonehenge, en Inglaterra. Sin embargo, y a pesar de estos
avances –propiciados por las más recientes excavaciones–, todavía no se
sabe a ciencia cierta si este impresionante conjunto neolítico fue un
lugar de culto a los muertos, un santuario para la sanación –al estilo
de Lourdes en la actualidad–, un observatorio astronómico o todo ello al
mismo tiempo.
Curiosamente, entre las hipótesis sugeridas por los arqueólogos e historiadores
no faltan aquellas que proponen que Stonehenge fue cuidadosamente
construido para producir efectos sonoros singulares que favorecieran los
trances de tipo chamánico y la experiencia religiosa. Entre
los defensores de esta propuesta –que no invalida las anteriores
hipótesis– se encuentran los representantes de la arqueoacústica, una...
joven disciplina que busca evidencias del aprovechamiento acústico de
algunas construcciones antiguas para producir efectos sonoros con fines
religiosos.
Para estos investigadores, como el doctor Bruno Fazenda
y sus colegas de las universidades de Bristol y Huddersfield,
Stonehenge podría haber sido uno de estos lugares. Para probar su
hipótesis cuentan con avanzados programas informáticos que recrean los
efectos sonoros provocados por ecos, cantos e instrumentos de percusión
en distintos lugares, y eso es precisamente lo que se propusieron hacer
en el caso del célebre círculo megalítico. Pero había un problema: como
sabemos, el conjunto megalítico está semidestruido, por lo que los
posibles efectos acústicos no podían reproducirse.
Por suerte, en Estados Unidos se levantó hace tiempo una
réplica a escala natural que “completaba” las partes desaparecidas
siguiendo los datos proporcionados por historiadores y arqueólogos. Este “Stonehenge americano” se encuentra en Maryhill,
en el estado de Washington, de modo que Fazenda y sus colegas
aprovecharon su existencia para poner a prueba sus suposiciones. “Este
sistema nos da una recreación precisa e inmersiva de la forma en la que
podría haber sonado Stonehenge”, explica el investigador británico. A
continuación os dejamos un vídeo en el que es posible escuchar el sonido
creado mediante el software empleado por los estudiosos británicos.
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