¿Son los sitios Megalíticos, lugares de culto?
¿porque considerarlos simples enterramientos?,
solo por que ¿en algunos de ellos se han encontrados restos humanos?.
Para mi no es del todo convincente, que por esa sola razón se les considere solo eso "cementerios".
Esta reutilización de estas descomunales obras de nuestros más remotos antepasados, es lo que en ocasiones puede dar lugar a confusiones, pues el encontrar restos de cadáveres humanos, objetos diversos y ajuares funerarios, esto no quieren indicar de manera contundente y definitiva que pertenezcan a sus primeros constructores, pues pueden pertenecer a otras de las diferentes fases culturales que los han ocupados. Aunque algunos arqueólogos afirman que se tratan de monumentos funerarios (necrópolis), no se han encontrado o reconocido poblados a los que asociarlos, es decir.., "No conocemos pues habitas de carácter estable para sus constructores”. (Juan. J. Enríquez Navascués. Arqueólogo Universidad de Extremadura, en el articulo:
en EXTREMADURA ARQUEOLÓGICA , editado por la conserjería de Cultura y Patrimonio de Junta de Extremadura y el servicio de publicaciones de la Universidad Autónoma de Madrid.)
Es lógico pensar que los cementerios se encuentren en las cercanías de poblaciones más o menos importantes y sin embargo esto no es así en el caso de los megalitos, no se encuentran restos de pueblos en las cercanías de estas construcciones.
Por otro lado, en la actualidad no existe catedral o iglesia que se precie, que no tenga enterramientos dentro y a veces fuera de sus muros y no por eso, se nos ocurre pensar que son cementerios o necrópolis, más bien al contrario, creemos que son lugares de culto, lugares de encuentro con “el Altísimo”, de encuentro con Dios, nuestro Creador en definitiva; y pensamos que esas personas fueron enterradas en esos lugares para estar “más cerca de Dios” o con la creencia de que sus almas encuentren más fácilmente “el camino del Cielo”.
Tumba del Rey Juan Pedro I en la Catedral de Alcobasa-Portugal. Foto Emilio
¿Porque no usar este mismo razonamiento con las construcciones megalíticas?
Si esto es así ¿Por qué no podemos pensar lo mismo de los enterramientos encontrados en algunos dólmenes? ¿Qué y Quien nos lo impide?.
NADA
No debemos olvidar el principio de la lógica clásica:
“QUOD GRATIS AFIRMATUR GRATIS NEGATUR”
“Lo que sin pruebas se afirma, no necesita pruebas para negarse”.
Esto nos lleva a pensar que para el grupo humano que vivía cerca del entorno de los megalitos, estos eran mucho más que un centro funerario, más que un lugar de culto a los antepasados, probablemente seria un centro Espiritual de gran importancia para la comarca. (4)
Menhir de Sant Duzec. Francia. Reutilizado para culto Cristiano
(4).-Renfrew fue el primero que propuso una explicación para las primeras construcciones megalíticas más allá de su función primaria funeraria y las consideró como marcas territoriales propias de las sociedades del Neolítico.
-En la misma línea, Chapman justificó la necesidad de esta expresión externa en un contexto de presión por la ocupación de las mejores tierras.
- Hodder defiende que la cultura material hay que explicarla como resultado de actuaciones intencionadas de los individuos o grupos y hay que tratar de entender sus significados simbólicos, de modo que la «evidencia» arqueológica no necesariamente ha de significar lo que aparenta.
Mª Ángeles del Rincón Martínez, decana de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona.
-Ignorar la articulación entre construcciones megalíticas y registro habitacional a escala macro equivaldría simplemente reproducir el error del paradigma histórico cultural, que dio total prioridad al megalito funerario como simple depósito de objetos .(V. Oliveira Jorge, 1997: 55-56).
-.Pero además, se ha observado que esa pervivencia del valor simbólico de la construcción megalítica en el tiempo va más allá incluso de su propio ocaso y fin como fenómeno cultural. Tiempo después de que hayan dejado de ser construidos, los enterramientos megalitos parecen continuar ejerciendo su papel como lugares sagrados.
.-La investigación más reciente ha abordado la interpretación de las dimensiones funcional y simbólica que las mismas tuvieron en su propio contexto social: por un lado, como escenarios de expresiones rituales básicas para la reproducción ideológica del orden social existente dentro de las comunidades que las construían, por otro, como elementos señaladores, demarcadores e identificadores de la territorialidad de esas sociedades y de su inserción en el cosmos.
Leonardo Garcia Sanjuán
Department of Archaeological Sciences University of Bradford.
(El subrayado es mío).
Hay que tener en cuenta que la ciencia oficial, en estas cuestiones, realiza afirmaciones que se basan en hipótesis de trabajo, llegan al lugar, excavan, etiquetan y clasifican y después sacan sus conclusiones basadas en sus estudios y en los de otros arqueólogos, que a su vez fueron los primeros en elaborar sus teorías, según sus propios conocimientos.
Alineamiento de Menhires en Carnac. Francia. Foto Emilio
El ejemplo más importante lo tenemos en lo siguiente: Hasta hace 50 años, la ciencia oficial consideraba el origen de estos monumentos, menos antiguos de los que realmente son, pero gracias al moderno método de fechar los restos de materias orgánicas por medio del Carbono–14, se ha descubierto que los monumentos Megalíticos, son más antiguos que las construcciones Sumerias y Egipcias.
“Las construcciones megalíticas no solo adquieren su sentido dentro de un orden social. Hay numeroso indicios racionales de su importante papel como elementos activos en la interpretación y asimilación cultural del orden natural y cósmico. Numerosos monumentos megalíticos, ofrecen un fuerte componente simbólico como focos cósmicos (y quizás cosmogónicos), sugiriendo su importancia en relación con el paisaje astral.
Evidencias tales como patrones de orientación astronómica recurrentes y homogéneos se han encontrado tanto en el marco del continente europeo, como en el Sur de la Península Ibérica en particular.”
(Hoskin, Allan y Gralewski 1994; 1995a; 1995b).